jueves, 2 de marzo de 2017

Las chicas de Amancio.

El viernes pasado justo después de salir de clase pensé que sería buena idea comprarme una camiseta que había visto el día anterior en Internet porque me pareció guay y estaba bastante bien de precio comparada con las camisetas del mismo estilo que había visto por ahí. 
La camiseta no es nada del mundo, fue el mensaje que transmite lo que hizo que me decantara por ella. No la encontré en Sevilla y me costó encontrarla en Cáceres en una talla que medianamente me quedase bien. Finalmente la encontré y sin pensármelo dos veces, la compré. La camiseta se vende en Stradivarius, una de las enseñas de Inditex.

                                               
Después vino el dilema moral de: ¿Desde cuándo el feminismo es objeto de moda? ¿Desde cuándo Inditex muestra valores feministas con sus acciones?
Para contestar a esta última pregunta, porque la primera no creo ni que tenga que explicarla, me bastó con meterme un poco en internet e ir investigando.
Es cierto que Inditex tiene u programa de igualdad y conciliación entre sus empleados, tanto de manera vertical como horizontal e implantar acciones que consigan que las diferencias entre hombres y mujeres tiendan a ser nulas. También es cierto que -supuestamente-está trabajando para profundizar en aspectos de conciliación laboral y familiar como son la protección durante el embarazo, cuidado de hijos menores y mayores...  
También cabe destacar que el peso de la mujer dentro de la cúpula de Inditex es de un 54% de mujeres que trabajan en la dirección corporativa y que en su red comercial el porcentaje de mujeres responsables es de un 88%. Y que según su actual presidente, Pablo Isla, "Inditex no realiza ningún tipo de discriminación" 

Esto es destacable ya que es una empresa que ha logrado romper con el gran techo de cristal español. En España, el 60% de los licenciados son mujeres, un 45% ocupa el mercado laboral y sólo un 10% ocupa la alta dirección de las compañías (pudiendo llegar a ser un 30% en las áreas de Marketing y de RRHH)

Pero ahora miremos la otra cara de la moneda, Inditex, el gran imperio textil vendiendo camisetas feministas mientras ya sea en España, en Bangladesh, en Marruecos explota diariamente a miles y miles de costureras bajo unas condiciones de seguridad laboral bastante cuestionables y todo para vender una camiseta por seis euros con "Everybody should be feminist"

Comprar una prenda de Inditex supone en gran parte una deslocalización de la producción a países donde las leyes y la mano de obra principalmente resulten más atractivas que producir en España. Esta camiseta, ha podido ser fabricada por una de las miles de mujeres marroquíes que trabajan para la marca durante unas  65 horas de trabajo por un sueldo de 178 euros, en el que las horas extra dejan de ser extra y se convierten en obligatorias, en el que los abusos verbales y físicos están presentes durante la jornada laboral. También ha podido ser hecha incluso por chicas de 16 años que reciben 0.36 euros/hora.
Pero tampoco es necesario irnos al otro lado del Mediterráneo. Parte de la producción de Inditex aún se hace en España, sobre todo en pequeños talleres cerca de la Costa da Morte que la empresa subcontrata y explota como le viene en gana. Es el caso de las costureras gallegas: mujeres que trabajan en pequeños talleres cuya seguridad laboral es más que cuestionable, que trabajan sin un stock, bajo pedido, sin prisa y con exigencias.

Por otra parte también me gustaría comentar el hecho de que una gran marca venda camisetas con mensajes feministas  cuyo objetivo no es para nada social y es, como el de todas las empresas, la maximización de beneficio, consiga ofrecer unos precios tan competitivos debido a la gran producción y a su estructura de costes y que entre en competencia con pequeños diseñadores y diseñadoras que con sus diseños puedan vender una camiseta por más de veinte euros con un fin mucho más social y reivindicativo.

Gente de Inditex , everybody should be feminist.
punteros