lunes, 18 de julio de 2016

Bem-vindos. ♥

¡Hola a todos y todas! El viernes regresé de Lisboa, viaje que habíamos organizado unos cuantos amigos desde hacía como tres meses. 
El año pasado estuve con mis padres viajando por toda la provincia de Lisboa, pero como todos sabéis, no es lo mismo ir con padres que viajar con tus amigos. La primera diferencia pero no la más importante: el hotel. Viajar con tus padres significa ir a un hotel de una calidad buena o decente, al menos en mi caso. Viajar con amigos: ir al sitio céntrico más barato que encontremos. Y así fue, nos alojamos en el hotel más cutre y bien situado de Lisboa. Aparentemente en Booking nos mostraron fotos en las que se veía un hotel viejo pero vitage, en realidad era viejo y cero vintage. Las paredes estaban a punto de caerse, el techo lleno de grietas, el suelo crujía, el baño daba muchísimo miedo.. Pero bueno, nos hicimos al hotel-casa fantasma e incluso llegó un momento en el que lo llamábamos 'casa'. La localización era perfecta, estábamos en el Central Business District de Lisboa.
No todo han sido pegas en este viaje, el hotel sería un horror pero como siempre digo, lo que importa no es el hotel, ni la ciudad, ni el tiempo que vayas a estar fuera. Lo realmente importante a la hora de viajar es la compañía, y como ésta ha sido perfecta, el viaje ha sido fantástico.

Día 1: Después de seis horas de viaje llegamos a Lisboa sobre las siete de la tarde , cogimos un taxi y llegamos al hotelucho en el que pasaríamos las siguientes cinco noches. Nos instalamos y salimos a ver la zona. Esa noche era la final de la Eurocopa, y como bien sabéis ganó Portugal y salimos a celebrarlo a Marqués de Pombal, supongo que será como la Cibeles en Madrid. Nos infiltramos entre portugueses e incluso nos pintaron la cara con la bandera de Portugal, gritamos como si la victoria fuese nuestra, bebimos Super Bock y cansados volvimos al hotel.












Día 2: nos despertamos e hicimos la compra como buenas marujas que somos. A la tarde decidimos bajar al centro histórico de la ciudad y ahí fue cuando empezó la odisea de los metros, estaciones, líneas vermelhas, amarillas y etc. De camino a la estación de metro, nos cruzamos con el autobús que llevaba a la selección portuguesa mientras celebraban la victoria de la noche anterior. Así, de una forma u otra puedo decir que he visto a Cristiano Ronaldo. 
Bajamos en Baixa-Chiado, compramos un mapa y ahí empezó la aventura. Nos dirigimos hacia el norte y poco a poco, las cuestas iban haciendo del paseo algo infernal que mitigábamos mirando los preciosos edificios llenos de azulejos, techos con aspecto escamado, ventanas antiguas de color blanco, tuc-tuc que subían y bajaban las calles... Llegamos a uno de los miradores de la ciudad, descansamos y bebimos Somersby en el jardín botánico, nos enamoramos mil veces, hicimos mogollón de fotos.









Por extrañas casualidades de la vida llegamos al famoso Bairro Alto, realmente es una calle en cuesta en la que mientras el sol pega en la ciudad, reina la tranquilidad. En cuanto llega la noche todos sus bares se abren y empineza la aventura hasta las 2 am aproximadamente, después la fiesta se traslada a Cais do Sodre.


Día 3: nos acostumbramos al metro y a su ajetreada vida, volvimos a Baixa-Chiado con la intención de tomar un tranvía hacia el barrio de Belém, pero a más de uno del grupo nos tiran más las tiendas... Otra vez a subir y bajar cuestas, a entrar en tiendas y a quedarnos flipando con lo increíblemente barato que era todo. Ojalá haber arrasado más en Women's Secrets :'( Por razones bastante obvias, porque extremadamente despistada bloqueé mi tarjeta de crédito y no pude comprar mucho más. Aprovechando que estábamos en Baixa, fuimos hacia Cais do Sodre para acabar llegando a la plaza do Comerço donde nos ofrecieron droga delante de la policía, bienvenidos a Portugal, supongo. Volvimos al hotel, compramos dieciséis Somersby y empezamos la noche en el hotel. Bendita sidra danesa de frutos rojos.





Día 4: por fin llegamos a Belem. Cogimos un tranvía que nos llevaría al famoso barrio. Vimos la torre, el monumento a los descubridores de América, paseamos por el río, nos hicimos mil fotos con el puente de 25 de Abril, nos echamos en el césped y nos quejamos mil veces del increíble calor que hacía. 







Día 5: último día destinado a disfrutar de las playas de la costa lisboeta y a disfrutar del Bairro Alto como buenos guiris que somos. De nuevo pillamos el tranvía y esta vez fuimos a Cascais, a unos 30 min apoximados desde Lisboa. Llegamos y disfrutamos del perfecto día de playa que nos esperaba con cuidado de no quemarnos en el intento, A pesar de haber estado la semana anterior en Málaga, ya echaba de menos la playa, tomar el sol intentando ponerme un poco morena y quejarme de la cantidad de arena que se me pega al cuerpo. Hicimos fotinos, tomamos el sol, nos bañamos y volvimos al hotel. Compramos vino para celebrar que estábamos vivos y que esta era la última noche que pasaríamos juntos. Nos arreglamos, fuimos al Bairro Alto, bebimos cerveza, bajamos a un pub que antiguamente era una casa de alterne (un puticlub de toda la vida) y ahí acabamos la gran noche.







Ha sido un viaje genial a pesar de que no estuviésemos los de siempre, una gran experiencia para recordar.

Como sabéis, todas las fotos de viaje en instagram.com/soynomada_ ♥

PD: aún tengo que publicar una entrada sobre Málaga pero es que entre unas cosas y otras no tengo tiempo para nada y me alegro de estar taaaan ocupada. 


punteros