miércoles, 2 de noviembre de 2016

Puentes con magia.

¡Hola a todos y todas después de mucho tiempo! La verdad es que estaba deseando escribir pero entre que no me pasaba nada que me apeteciese contar o que no tenía tiempo...

Este puente, como casi todos, volví a casa y de verdad, qué gustazo da llegar otra vez a tu ciudad y poder dormir en tu cama. En principio tenía pocos planes pero los que me conozcáis sabréis que al final sieeempre acaban liándome y hago mil cosas a pesar que tenía que preparar el odioso examen de estadística que he tenido esta mañana.
Para empezar, llegué el viernes y quedé con un el típico amigo de toda la vida que hace meses que no ves y tiene/tienes que actualizar todo. Al final, me encontré con unas amigas y me liaron para ir a un festival de música irlandesa que se estaba celebrando en Cáceres y a beber cervecitas. No hace falta que me lo digan dos veces para apuntarme a algo así... Tengo mil vídeos en el móvil del festival pero soy tan pava que he perdido el cablecito para conectarlo al ordenador. 
El sábado hice poco más de lo mismo así que tampoco creo que merezca la pena contar mucho.

El domingo fue un día guay, de estos que deseas que se repitan una y otra vez. Todos sabéis que vivo enamorada de muchas cosas y una de ellas es el casco histórico de mi ciudad. Justo después de comer hicimos como una especie de 'tour de reencuentro' y estuvimos pateando la ciudad. 
Hacía muchísimo que no salía a hacer fotos por allí y además hacía un día precioso.
Para empezar, entramos en un museo Casa-árabe Yusuf Al Borch, que se encuentra entre San Jorge y el Arco del Cristo. Se trata de una casa del siglo XII con cimientos y baño romanos y se cree que perteneció a algún mercader musulmán de la época. Se conservan las bóvedas, arcos de herradura y de media punta característicos de las casas de la ciudad en esta época. Podemos ver distintas salas que están totalmente decoradas al estilo de la casa árabe de la época: harém, sala del té, sala de armas, baños, bodega, un precioso jardín...
Merece totalmente la pena visitarlo, de verdad.
                      


Después seguimos paseando y decidimos entrar a la Concatedral de Santa María, ya que hacía muchísimo tiempo que no íbamos. Para los residentes en Cáceres es gratuito, por si os da por ir... Lo que realmente nos importaba era subir a las torres, y después de subir por una estrechísima escalera de caracol de piedra, por fín llegamos. Sinceramente, las vistas son prácticamente las mismas que desde las torres de San Jorge, así que si no sois de Cáceres y os da por venir, la diferencia de precio es bastante apreciable. La entrada a Sta María son 4 euros mientras que a las torres de San Jorge es sólamente 1 euro. Aquí os dejo algunas fotinos:




Y para finalizar una tarde tan guay, fuimos a tomar algo a la tetería/hotel La Bohème de la Plaza Mayor, donde de manera totalmente inesperada pudimos escuchar un concierto improvisado de música irlandesa flipante.

El lunes, gracias a mis queridos papis y a sus amigos, fue un día chulísimo también. Improvisamos una pequeña ruta a varios lugares. En primer lugar fuimos a visitar en Meandro Melero, ubicado en Las Hurdes, al norte de la provincia cacereña. Se trata de un precioso paraje natural formado por el río Alagón. Se caracteriza por tener una preciosa vista panorámica que podéis observar desde el mirador La Antigua. El acceso en coche es bastante horrible, así que si podéis subir andando, hacedlo.


Después fuimos hacia el pueblito de La Alberca, uno de esos lugares en los que nada más pisar el suelo sientes que estás en otra época distinta.
Situado en el norte de la provincia de Salamanca perteneciente a la mancomunidad de La Sierra de y Francia y declarado bien de interés cultural y Conjunto Histórico Artístico. 
Su estructura urbana es la de una judería por lo laberínticas que son sus calles. Todos y cada uno de los rincones de La Alberca tiene algo de especial, sus enormes casas de piedra características también de pueblos del norte de Extremadura que aún conservan sus antiguos pilares, los tan característicos balcones con terminaciones en madera que sobresalen de la planta inferior creando luces y sombras en las calles. Es otro ejemplo de localidad en las que convivieron tres culturas: cristiana, judía y musulmana y ésto se ve reflejado en todo el pueblo.
Calles empedradas, entre montañas, en otoño, frío y musgo en las paredes...






Y aquí terminó mi puente, vuelta a Sevilla y a seguir con mi vida de estudiante frustrada. 
       Nos vemos :)


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