domingo, 30 de agosto de 2015

Adiós, vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos. I

Después de siete meses en los que los estudios, falta de tiempo, estréss pre-universitario, trabajos, y una larga lista de inconvenientes, por fin nos vimos. Pero no, hoy no estoy aquí para contaros cómo y cuánto nos queremos.
El caso es que, tengo la suerte de que mi pareja viva en uno de los lugares más bonitos del mundo, Galicia. Que sí, que es un rollo que en pleno agosto te llueva, que no te sirva con llevar una rebequita y que el tiempo haga que entres en una mini-depresión (ya sabéis cómo somos la gente del interior...) pero sinceramente vale la pena. El verano pasado no viajé mucho por Galicia, nos limitamos quedarnos en Pontevedra, visitar Vigo e ir a alguna playa cuando el tiempo nos dio la oportunidad. Sin embargo estas vacaciones han sido totalmente diferentes, gracias a la madre de Alje, todo sea dicho...
Y paso de enrollarme más con la introducción, ahora toca contaros y enseñar fotos de los maravillosos lugares donde fui.

La primer semana el tiempo no acompañó, por lo que nos dedicamos básicamente a hacer turismo por el sur de la comunidad.

1. Santiago de Compostela. En mis dos anteriores viajes a Galicia no tuve la oportunidad de ir a Santiago, pero esta vez, cogimos un tren y allí nos plantamos. La verdad es que es una ciudad bastante bien comunicada con las ciudades de alrededor y de manera internacional. El precio del billete de tren/bus no es muy caro, pero tener el carnet joven ayuda (y mucho)
Tuve la suerte de ir en uno de esos días en los que extrañamente en Santiago sale el Sol. 
Una ciudad preciosa, llena de encanto, de ambiente y de muuuuuuuuuuy buena comida... Si no fuese por el tan horroso clima que tiene, me pensaría seriamente ir a vivir allí... En fin, fotiños. 






2. Combarro. Hicimos una pequeña escapadita familiar por la tarde a este pequeño pueblo costero tan encantador. Lleno de hórreos, barquitas, humildes casas pegadas al mar, tiendecitas de recuerdos, trisqueles, calles estrechas y empredradas, restaurantes fantásticos... 




3. Baiona, A Guarda, Valença. Salimos prontito por la mañana hacia Baiona, situada en el área metropolitana de Vigo. También un municipio costero desde donde se pueden ver las Cíes. Disfrutamos bastante viendo la fortaleza de la ciudad, aunque el hecho de que se haya privatizado por parte del Parador de Baiona no me parece la opción correcta, en fin, negocios. A pesar del tiempo cambiante, pude sacar algunas fotos.


Tras comer en Baiona, fuimos hacia A Guarda, situada en la fronera con Portugal y por donde pasa el río Miño (famoso en mis exámenes de Geografía) Visitamos los Castros celtas situados en la montaña. A medida que el tiempo pasaba, las nubes iban bajando cada vez más, el viento soplaba más fuerte y la niebla impedía poder contemplar las vistas desde la montaña. Quizá fue el temporal quien hizo de esa visita a los castros celtas algo mágico.



Después de la pequeña visita, cogimos un ferri que nos llevó hasta Camiña con el objetivo de atravesar el Miño. Desde Camiña partimos hacia la fortaleza de Valença, Portugal. Allí sinceramente, todo muy portugués, ya sabéis; mantas, toallas y sudaderas falsificadas.

En esta semana, no solo aprovechamos para hacer turismo, también pateamos Pontevedra entera, me llevaron a comer comida gallega (de hecho, creo que he cogido 2kg en este viaje) y bebimos. Este es el final de la I parte, en la II hablaré sobre sol, playas y demás paraísos.






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